Recorriendo los caminos de la vida cotidiana tenemos como horizonte el mundo;
buscamos en todas partes las fronteras de la misión con una actitud que abraza todo el ser y el actuar, haciéndonos puente entre Dios Y la humanidad

La suya es una vocación por su naturaleza en salida,
no sólo porque las lleva hacia el otro,
sino también y sobre todo porque
les exige vivir allí donde viven todas las personas.

La pasión misionera,
la alegría del encuentro con Cristo
las impulsa a compartir con los demás la belleza de la fe

Papa Francisco