Una intuición se hace historia

El 22 de agosto de 1951 en Gozzano – Novara (Italia) en la capilla de los misioneros combonianos, cuatro jóvenes mujeres se entregan al Señor profesando los consejos evangélicos, por la animación misionera y la colaboración con los misioneros combonianos.

Es el primer paso del camino de lo que será el Instituto Secular Misioneras Combonianas.

La intuición fundante es del P. Egidio Ramponi, misionero comboniano, una intuición cultivada desde 1947, estando él en Sulmona, y viendo lo que hacían los miembros de un Instituto secular en la Acción Católica, se preguntó: “¿El Señor no podría hacer lo mismo para la animación misionera?”. Hay que recordar que el 2 de febrero del mismo año, se promulgó la Constitución Apostólica Provida Mater, con la que se daba reconocimiento jurídico y eclesial a los Institutos Seculares, con la nueva forma de “vivir la consagración en el mundo”.

La idea

La idea de un Instituto Secular para colaborar con la labor misionera de los combonianos se realizó posteriormente en Gozzano, donde había las condiciones para que la propuesta fuera acogida. Para la celebración del 22 de agosto de 1951, en aquel entonces Fiesta del Corazón Inmaculado de María, P. Ramponi había enviado una carta en la que, además de las felicitaciones, exponía algunos principios acerca de nuestra especificidad, y afirmaba: “El Señor las ha elegido también a Ustedes para colaborar con la oración, la entrega total de sí mismas y la obra del apostolado, ubicándolas en la misma familia fundada por nuestro Padre Mons. Daniel Comboni”. Desde el principio, por lo tanto, hay elementos que nos caracterizan como misioneras, seculares y combonianas.

El camino

El Instituto inicia un camino que irá definiendo poco a poco su identidad, a partir también de las diversas denominaciones que han seguido: en su inicio, Celadoras de la Inmaculada. En ese nombre se notaba la influencia espiritual y formativa del P. Humberto Vitti, misionero comboniano, con una particular devoción a la Virgen; luego Auxiliares Combonianas, que subraya la colaboración con los misioneros combonianos, finalidad por la que el Instituto había nacido; en fin desde 1971 el nombre definitivo Misioneras Seculares Combonianas.

La difusión

Mientras tanto el Instituto se había difundido en varias ciudades de Italia agregándose en Grupos ubicados donde había comunidades de combonianos; luego se difundió también en Portugal y en España.

Una nota importante fue la colaboración de los misioneros combonianos con los Asistentes Generales y Locales, que dieron su valioso aporte a nivel espiritual y organizativo, ayudando además a delinear con mayor claridad el fin específico del Instituto: la cooperación misionera en sus diferentes formas.

El Instituto alcanza la aprobación diocesana el 6 de enero de 1969 y el 22 de mayo de 1983 la aprobación pontificia, reconocimiento definitivo como signo de una alcanzada autonomía y estabilidad.

Desde un principio estuvo presente la dimensión misionera como “envío y salida” más allá de los Países de origen. En 1967 había iniciado el primer servicio misionero en Brasil, en un hospital en Nova Venecia (Espíritu Santo); desde 1980 hay una presencia en Ecuador para un servicio en la animación misionera y allí aún sigue presente el Instituto con miembros ecuatorianos; en 1985 fuimos a Colombia, siempre para la animación misionera; en 1989 el Instituto inicia su presencia en Costa Rica y desde 1992 hasta en 1999 en México. En África tuvimos diversas experiencias de servicio con miembros que han colaborado con organizaciones de voluntariado, en una diócesis y con los laicos combonianos: en Congo, Camerún, Mozambique, Uganda y Centroáfrica.

Actualmente estamos presentes en Italia, España, Portugal, Costa Rica y Ecuador. Desde algunos años ha iniciado una presencia Kenia.